No valoramos algo hasta que lo perdemos. La falta de saliva, ese líquido banal que nos permite hablar, saborear, tragar, besar, babear e incluso hacer groserías de patio de colegio, puede hacernos perder nuestra calidad de vida si se convierte en un problema diario. La sequedad bucal, conocida como xerostomía o síndrome de la boca seca, es un trastorno subjetivo que sufre entre el 20 y el 30 % de la población europea y puede convertirse en un serio problema.
Un adulto sano produce normalmente entre 1,5 y 2 litros de saliva al día, lo que le permite hablar, tragar, saborear la comida, digerirla y realizar otras funciones importantes. Los profesionales decimos que una persona padece xerostomía cuando se le detecta una disminución del flujo de saliva inferior a la mitad, tanto en reposo como con estímulo. Sus síntomas son:
- Saliva espumosa y viscosa.
- Dificultad para comer, hablar y masticar.
- Sensación de ardor o necesidad frecuente de beber agua mientras se come.
- Dolor en la lengua, boca reseca, aparición de fisuras en la comisura de los labios.
- Halitosis (mal aliento).
- Dificultad para ponerse la dentadura postiza en el caso de pacientes que ya no conservan sus dientes.
La saliva es esencial para mantener una boca saludable. La sequedad irrita los tejidos blandos de la boca, lo que puede hacerlos más susceptibles a las infecciones y provocar un aumento de caries. En las encías, la sequedad aumenta la placa bacteriana y la incidencia y gravedad de la enfermedad periodontal.
Pero ¿cuál es la causa del síndrome de la boca seca? Según la Sepa, más de 500 medicamentos, como los antihistamínicos (para la alergia y el asma), los antihipertensivos (para la tensión arterial), los descongestionantes, los diuréticos o los antidepresivos provocan, como efecto colateral, sequedad de boca. El mayor porcentaje de casos de xerostomía está producido por dichos medicamentos, aunque la sequedad se asocia también a otras enfermedades, como la diabetes y algunas de tipo autoinmune (síndrome de Sjögren, lupus), y a las drogas (tabaco y alcohol, entre ellas). El paso de los años también fomenta la sequedad bucal.
Las personas con boca seca deben realizar revisiones regulares con el dentista, que deberá ofrecerles un buen diagnóstico en busca de patologías asociadas, especialmente aquellas que puedan comprometer el estado inmunológico (Sjögren, infección por VIH, diabetes). A veces, el tratamiento incluye el uso de sustitutos de la saliva que humedecen temporalmente la mucosa o de estimulantes salivares (denominados sialogogos). Pero, además, si padeces xerostomía, puedes seguir una serie de sencillos consejos para paliarla:
- Mastica muy bien los alimentos, aumenta la ingesta de líquidos, mastica chicle sin azúcar y evita el tabaco y las bebidas con cafeína o alcohol.
- Mantén una extremada limpieza de la boca para reducir el riesgo de infecciones y caries. El uso de algunos enjuagues también puede ayudarte a humedecer las mucosas y a sentirte más cómodo.
- Enjuágate la boca con una solución de sal y bicarbonato de soda cuatro o seis veces al día (media cucharada de sal y media de bicarbonato en una taza de agua templada), y toma pequeños sorbos de agua para aliviar la sensación de sequedad.